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Proyecto Miles Dei Servus Diaboli (MDSD)

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fre3men:
Bocetos muy bonitos!!! (ok)

La succubus me gusta mucho :D

Darth Ezekiel:
Jajaja es la traviesa decarabia, archidemonio de la lujuria

Axuss:
Edgar apunta maneras. Seguro que será clave para ambientar el juego. Deseando ver los siguientes bocetos.

Darth Ezekiel:
Nueva Actualización!!! Esta vez, algo del trasfondo!!!

Querido lector, antes de sumergirte en tan reveladora lectura, he de advertirte, que los ángeles y demonios habitan entre nosotros como personas normales, alterando nuestro mundo para sus propios intereses. Vivimos en una época de pleno desarrollo, lejos de la oscura Edad Media, pero se consciente de que ni todas las farolas de gas del mundo, darán tanta luz a tu existencia como el relato que a continuación leerás.

En un principio, dentro del vacío infinito, sólo estaba Dios, habitando en aquella inmensidad negra y eterna. Decidió entonces que eso no era bueno, y con una palmada creó el universo, con sus planetas, astros y galaxias. Salpicó así de luz a la eterna negrura con las brillantes estrellas, y creó las leyes de la física y la naturaleza. Entonces decidió crear un bello e inmenso planeta al que llamó Cielo y en él creó a sus más fervientes seguidores. Seres elegantes e inmaculados, puros, bellos e inteligentes, eran sencillamente perfectos y vivían en un planeta igual de perfecto, fueron conocidos generalmente como ángeles.

Bajo el justo e idílico gobierno de Dios, todo el Cielo, vivía en una inmejorable dicha y felicidad. El líder y comandante del Cielo fue el mismísimo hijo de Dios, y él era uno en mente y voluntad con Dios. Como bien dijimos anteriormente, este bello planeta estaba habitado por unos perfectos espíritus llamados querubines y serafines. Estas criaturas de gran poder e inteligencia, descubrieron que lo que más alegría les aportaba era cumplir las órdenes de Dios y su hijo. Tras un tiempo, Dios comprendió que la alegría que percibían los querubines y serafines estaba inculcada por él mismo, ya que los creó para servir y tenían ese sentimiento implícito, por lo que decidió crear un nuevo tipo de querubín.
Así fue como nació Lucifer, un querubín conocido como “el portador de luz”, pues su misión era la de transmitir el conocimiento de Dios a todos sus hermanos. Lucifer, se convirtió así en el querubín más grande creado por Dios, y ocupó el lugar más cercano a su trono, permaneciendo en rango, sólo por debajo del hijo de Dios. Lucifer era inmensamente bello, con unas dotes abrumadoras para el liderazgo y excelentes capacidades de organización, y por eso pronto fue respetado y admirado por los querubines y amado como amigo por el resto de serafines.

Dios creó a Lucifer de manera diferente al resto de querubines, el poseía la libre elección, porque quería de Lucifer, un amor real e incondicional, que naciese de su interior y no infundado. En un principio, esto ocurrió así, pero no duró por siempre. Tras varios siglos de incuestionable pleitesía, Lucifer se percató de su belleza y poder, ennegreciendo su corazón lentamente, comenzando a codiciar el gobierno del cielo. Lucifer, creía que su fuerza, voluntad, sentido de la justicia e inteligencia superaban a las del mismísimo Dios, y que por tanto, era el quien debía gobernar en el universo. Pero Lucifer sabía que su rebelión sería extinguida con una facilidad asombrosa si no tenía el apoyo de un gran número de querubines y serafines, por lo que se dedicó a convencerlos de que el liderazgo de Dios no era el acertado, que abusaba de su poder, y que sus leyes, restringían la verdadera libertad y felicidad de todos los seres que había creado. La semilla de la discordia arraigó con enorme facilidad en las mentes de sus hermanos, pues jamás habían oído ninguna mentira, y Lucifer siempre se había ofrecido como alguien mucho más cercano a sus hermanos que el hijo de Dios.

Lucifer confiaba plenamente en poder ocultar sus planes a Dios, adulándole constantemente. No sabía que Dios conocía todos los pensamientos de sus criaturas. Dios en su infinita paciencia, se acercó a Lucifer para advertirle de que sus verdaderas intenciones no eran las correctas. Esto enfureció poderosamente a Lucifer, y en ése mismo instante, se inició la rebelión en el Cielo. Lucifer contaba con casi la mitad de la población del cielo a su favor, seres con el alma tan corrompida como su líder, cargaban con ira ciega contra los que horas antes habían sido sus amigos y hermanos. Dios y su ejército, se encontraba en una encrucijada: Si eliminaba a Lucifer con todo su coro de traidores, solo habría conseguido una derrota, pues muchos de los querubines verían ese gesto como un acto cruel y despiadado, impropio de un dios que gobierna con justicia y bondad. Así pues, Dios comprendió que la única manera que existía de asegurar que el mal no volviese a extenderse, era permitir que esta batalla continuase, con  el fin de que tarde o temprano, Lucifer mostrase sus verdaderas intenciones. La rebelión se sucedía hasta éste punto con batallas esporádicas pero sangrientas, ocasionando enormes bajas en ambos bandos, se luchaba sobre todo en el terreno de la diplomacia y la intriga, y aunque algunos serafines se arrepintieron de su decisión y volvieron con Dios, los que permanecieron fieles a Lucifer, se tornaron mucho más agresivos, desencadenando una eterna batalla sin descanso. Lucifer llegó a encontrarse frente a frente con el hijo de Dios, y en ése momento Dios decidió desterrar al último rincón del universo, a Lucifer y su ejército rebelde, aproximadamente un tercio de los habitantes del Cielo. La guerra, que había durado milenios, dejó una herida en el Cielo que aún no ha podido cicatrizar.

Con el Cielo en ruinas y Lucifer desterrado, Dios se encontraba triste por la enorme pérdida sufrida y por el desengaño de una de sus creaciones predilectas. Se volvió a dedicar entonces a la creación de nuevos mundos. Creó, para cada planeta, las dominaciones, virtudes y potestades, para que ayudasen a mantener la paz entre los mundos.

Y Dios deicidio crear un nuevo mundo, colmado de todo tipo de criaturas para que dependiesen unas de las otras y a las que dotó de libre evolución. Éste planeta fue llamado Tierra, pero los animales de éste mundo, aun eran microscópicos y vivían en el agua, y Dios pensó que debía esperar. Así que esperó, y vio con sus ojos, como la vida evolucionaba, primero conquistaron las aguas, y después se atrevieron a recorrer el suelo firme. Los dinosaurios se multiplicaron en todas sus formas, colores y tamaños, pero sus cerebros resultaron ser demasiado poco evolucionados, por lo que decidió que su existencia debía terminar para ceder su reino a los mamíferos.

Dondon:
Está muy bien  (aplauso)

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